Vida

Damián Bayón Arrufat (Buenos Aires, 1915 – París, 1995), historiador y crítico de arte dejó una extensa obra escrita sobre asuntos que van desde sus notas de viajes, el viaje para Bayón fue un impulso vital vinculado siempre al arte, sobre Egipto, Grecia, Japón y otros muchos países, estudios sobre el arte español, desde los lenguajes plásticos en la Castilla del siglo XVI al significado de las primeras naturalezas muertas españolas y desde El Escorial como símbolo al sentido de la obra de Gaudí. También el arte contemporáneo fue objeto de sus estudios a través de recensiones de libros y diálogos con Julián Gállego y Samuel Oliver, y, por último, el arte hispanoamericano y sus relaciones con la cultura europea, desde el arte colonial al contemporáneo.

Bayón participó, en 1948, junto con una generación de historiadores y críticos de arte argentinos que tendrán una notable influencia fuera y dentro del país, como Marta Traba, Samuel Oliver, Blanca Stabile o Clara Diament, en la fundación de la revista de crítica de arte Ver y Estimar promovido por Jorge Romero Brest, primero como secretario de redacción y, después de su marcha a París, como corresponsal en Europa. Romero Brest, fue quien le convenció de que la crítica no es una cuestión de gusto, sino, al igual que la historia del arte, una disciplina; de que la carrera de crítico de arte existe.

Fotografía antigua Damián Bayón

En su faceta de historiador, se adscribió a la escuela de los Annales de la mano de su maestro Pierre Francastel y Giulio Carlo Argan, adoptando el criterio “problemático” frente al “monográfico” y defiende la concepción francasteliana de la historia del arte basada en la idea de que el signo artístico es de otra naturaleza que el verbal, hablado o escrito. Para Bayón el artista expresa, a la vez que crea, una idea espacio-temporal de la sociedad en que vive.

En cuanto a su faceta de crítico, asume la figura de quien cumple una función social; se considera un intermediario más bien pedagógico, con la pasión de enseñar; para él enseñar es hacer crítica permanentemente ante un auditorio. En él los sentidos, más que la mente, son las vías de acceso a la obra de arte, pone énfasis en el papel que juega la mirada y la intuición como punto de partida para la elaboración sistematizada de la crítica de la obra de arte. Bayón responde más a la categoría de crítico-sociólogo que quiere verlo todo en perspectiva histórica, aunque esté analizando la realidad contemporánea.

Bayón publicó más de veinte libros sobre historia y crítica de arte y cientos de artículos en revistas como Annales, Cahiers d’Histoire Mondiale, La Torre, Revista de Occidente, Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, Arte de Colombia, Cuadernos Hispanoamericanos, Plural o Vuelta. También tuvo una larga trayectoria como colaborador de importantes diarios de América Latina como La Nación, La Prensa, Clarín, especialmente en el primero, de su país, en los mexicanos Excelsior o El Nacional, el colombiano El Espectador y el venezolano El Nacional, en la línea de las colaboraciones de escritores, artistas e intelectuales latinoamericano trasterrados en los grandes focos difusores de cultura en el mundo occidental: París, Nueva York, Londres o Milán; se carteó con escritores de la importancia de Octavio Paz, Múgica Láinez, Alejandra Pizarnik, Manuel Puig, Julio Cortázar, Francisco Ayala entre otros e historiadores y críticos de arte de la talla de Pierre Francastel, su maestro, Jorge Romero Brest, Marta Traba, Aracy Amaral, Graziano Gasparini o Jorge Alberto Manrique y artistas como Roberto Matta, Antonio Seguí, Rufino Tamayo, Emilio Pettoruti, Alicia Penalba, entre otros muchos artistas plásticos latinoamericanos

Vinculado a importantes centros de estudios como la École Practique des Hautes Études o al Centre National de la Recherche Scientifique, Bayón fue profesor invitado en importantes universidades americanas y europeas, y profesor asociado en la de París III. Asesor cultural de la UNESCO, promovió la discusión y el debate sobre la cultura latinoamericana, comisarió diversas exposiciones de arte latinoamericano y participó en numerosos congresos, simposios y coloquios de arte. Tras su asistencia, el verano de 1984, a los cursos que la Universidad de Granada organizaba en Baeza, entabló amistad con un círculo de alumnos de Historia del Arte de la universidad, origen de su vinculación con Granada y Santa Fe.

El conjunto de su obra constituye un legado que, en el contexto de uno de los proyectos llevado a cabo con motivo del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, la fundación y construcción del Instituto de América de Santa Fe, ingresó en este centro por donación de su productor con el objeto de constituir la base de un centro de estudios sobre el pensamiento artístico y la historia del arte español y americano. El traslado de la documentación desde su domicilio particular de París comenzó en 1993 y terminó en 1995. En reconocimiento a esta acción se dispuso la denominación de la sede del Instituto de América como Centro Damián Bayón.